Hablar de Jenny Marcela Arias Castañeda es hablar de esfuerzo, tenacidad y superación; pero también es hablar de golpes, de duras caídas y adversidades. Sus vivencias dentro y fuera del ring hacen que su vida sea la metáfora perfecta que cualquier guionista quisiera plasmar en un guion.

Aunque esta boxeadora risaraldense lleva tres lustros propinándole fuertes golpes a sus rivales, también ha recibido violentos impactos, incluso, desde mucho antes de ingresar al mundo del pugilismo. La violencia, las drogas y la falta de oportunidades se cuentan en la lista de los más duros adversarios a los que venció… y por nocaut. Esta es la verdadera historia de la deportista nacida en el municipio de Guática ubicado  93 kilómetros al norte de la capital del departamento de Risaralda, la ciudad de Pereira; historia relatada en este mismo espacio por Mauricio Gómez Buriticá el 26 de julio del año anterior cuando la propia deportista contaba absolutamente todo lo que ha sido su vida, llena de adversidades, momentos difíciles, los que convirtió en un reto que hoy se ve premiado con su clasificación las máximas justas deportivas del planeta tierra, Los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.

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¨Tengo mucho que agradecerle a mi entrenador porque gracias a él, yo hoy me preparo para competir y no estoy ahí sentada con una pipa o una aguja” Jenny Arias. De ese tamaño es la historia de vida de esta deportista de sueños locos y todos realizados.

Los Olímpicos, su máximo sueño, eso nos decía el año anterior, hoy Jenny Marcela puede gritar con la fuerza con la que lanza un puño para ganar un combate, SUEÑO CUMPLIDO ESTOY EN LOS OLIMPICOS DE TOKIO 2021.  

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