Por Uber Montoya Zúñiga
Ya son…no sé ni cuantos días llevamos de aislamiento social, cuarentena, o como la quieran llamar, igual esto del coronavirus nos sorprendió y nos obligó a cambiar todos los hábitos de nuestras vidas. ¿Quién estaba preparado para esto? La respuesta es nadie, pues de hecho ni gobernantes mundiales, nacionales, locales lo tenían previsto; a hoy cuando en el encierro no se marca la diferencia entre un lunes, miércoles, o domingo porque todo es igual, lo único claro es que nada está claro.
Hay más de 2.250.000 contagiados de coronavirus en el mundo, la mitad de los casos están en Europa, según registros oficiales. Centenares de personas en Estados Unidos en distintas ciudades salen a las calles a protestar por el manejo que el presidente Donald Trump le está dando al tema de la pandemia en Estados Unidos. El mundo empieza a mirar con desconfianza a China a medida que crecen las sospechas sobre el nivel de transparencia del gigante asiático frente al origen del nuevo coronavirus. La Organización Mundial de la Salud pide a países que revisen lo antes posible estadísticas sobre el Covid-19 para conocer el verdadero alcance de la enfermedad, y advirtió que la pandemia experimentó un repunte. Bares, discotecas y servicios relacionados anuncian quiebra masiva, recientes decretos llevaron a diferentes agremiaciones del entretenimiento a pedir ayudas. El regreso del fútbol no está ni claro, ni pronto de acuerdo a lo expresado por el propio presidente de Colombia Iván Duque Márquez. Todo esto es lo más mencionado en el mundo por la pandemia que hoy nos tiene en confinamiento indefinido, a sí se hable de un aislamiento inteligente.
Es muy fácil hacer viral la frase, Quédate en casa, y todo porque afuera está el virus, pero adentro está el hambre. Es cierto que la solidaridad se ha despertado, pero esto también evidencia las diferencias entre unos y otros, entre los que tienen y no hablan y los que tienen…hambre y les toca salir al famoso cacerolazo a protestar a la calle olvidándose de las medidas sanitarias que exige la pandemia, pero reclamando lo que necesitan, comida.
Por el deporte, ni se diga, lloran los equipos del fútbol profesional, lo hacen los del deporte asociado, las grandes ligas, los grandes eventos, todos ante la suspensión de competencias se lamentan de la falta de recursos para su sostenimiento. Todos estamos buscando la misma salida, todos queremos salir de la difícil situación en la que nos encontramos, esos sí, con herramientas diferentes, lo que hace la situación más cómoda para unos que para otros, es por ello que insisto, El coronavirus, no nos hace iguales.
Estoy de acuerdo con lo expresado en la columna, está pandemia nos hizo cambiar todos los hábitos de nuestras vidas de un momento a otro, nadie lo esperaba y absolutamente todos en el mundo vivimos un momento de transición y asimilación de como será nuestra vida cuando esto acabe, pienso que este momento que vive el mundo es importante para también reconocer quienes son los verdaderos «animales» palabra que en ocasiones usamos para referirnos a una persona que hace algo que no nos gusta o de forma ofensiva como si este fuera peligroso; perdiendo la esencia de lo que en real son estos seres vivos que también conviven en nuestro planeta; lo que quiero dar a entender es como nuestro planeta respira un mejor aire, los animales viven en su habitat sin riesgo de ser casados, los rios no son contaminados por basuras, los canales de Venecia (Italia) están limpios por primera vez en mucho tiempo, así que es momento de reflexionar quien esta haciendo las cosas mal y que cuando volvamos a la «normalidad» hagamos un cambio para bien por que lo normal es lo que estaba mal.
Buen análisis. Sobre todo muy real
El coronavirus o covid-19, es un virus que ha llegado a casi todo el mundo y que ha afectado a diferentes poblaciones, porque un virus no mide estratos, religión, profesión o belleza,de hecho los primeros contagiados en Colombia fueron personas que tenían posibilidad económica para viajar, muchos venían de tour por Europa o de visitar Estados Unidos y no creo que alguien que no tenga para comer, tenga para viajar, pero poco a poco el contagio se ha extendido a todos los anteriormente mencionados, y no es que nos haga iguales porque nunca nada ni nadie es igual, así como nada lo volverá a ser luego de esto. Cualquiera de nosotros puede contagiarse digamos que en ese sentido estamos en igualdad de condiciones es verdad pero así como muchos salen a la calle por hambre, también otros salen por inconscientes, irresponsables, porque no creen, no les importa; independiente de que el virus halla sido creado o trasmitido de un animal, es una realidad y como toda realidad, todos debemos enfrentarla como parte de la vida, porque nada en ella es seguro a excepción de la muerte.
Me siento identificada con las palabras leídas, sé que si a todos nos preguntan sobre la cuarentena, aislamiento, pandemia o situación actual podríamos derramarnos en palabras. Ver una la realidad aterra, sea que se hable de lo económico o más aún de la salud.
Y si nos identificamos con nuestra área de trabajo seguro daremos un sentir muy apreciativo de lo nuestro, como por ejemplo: mi sector, la educación solo pronunciar la palabra INTERNET ya desglosaría mucho para decir; pues es el furor para la comunicarnos, enseñanza, aprender y visibilizarnos desde casa.
Así que si o si nos toca vivir el presente con mirada de desconfianza al resto, sea de mi metro cuadrado, mi ciudad, el país, los demás países en especial de CHINA y así pensar en un futuro incierto pero ansioso logra poco a poco un equilibrio del momento en que se pueda dar una mirada y en un abrazar para volver a empezar… Lo demás ya traerá su opinión e imagen para hacerse viral.
Me parece una buena columna y me quedo con la posición de que no podemos críticar desde una poltrona a los que viven del día a día y salen a rebuscar el pan, acuñar la frase «Quédate en casa» es demostrar nuestro egoismo frente a los menos favorecidos… La reactivación económica debe darse de manera gradual pero firme, porque no solo están en juego las empresas sino los empleados… Ojo con los subsidios por que puede ser peor la cura que la enfermedad. Dios bendiga a nuestro pueblo y ojalá salgamos rápido de todo esto.
Es dificil afrontar esta crisis más aún para aquellos que trabajan el dia a dia, ni hablar de aquellos que tienen grandes riquezas hoy nos damos cuenta que lo más importante es la salud por encima de todo el dinero, no existe una cura para el virus que nos robó la libertad y peor aún el enemigo invisible que nos alejó de la salida a compartir un cafe, de la visita a los abuelos y de los paseos en familia. Acabo con nuestras actividades pero también nos esta ayudando como seres humanos a valorar aquello que no se puede comprar.
De acuerdo con el escrito. Nadie estaba preparado para afrontar esta situación, ni las grandes potencias mundiales.
Empresas, Conciertos, Eventos Deportivos y otros certámenes, fueron aplazados o suspendidos por la pandemia del coronavirus.
Los medios digitales, redes sociales y demás tecnologías son las únicas que se han visto beneficiadas en este tiempo, donde seguimos conectados a un aparato electrónico para estar en comunicación con nuestros seres queridos.
Estoy muy de acuerdocon que no estábamos preparados para una crisis como esta, no me enfoco tanto en el virus, si no en la economía y la hambruna que está pasando nuestro pais. Para el presidente es un simulacro inteligente con el cual envía la población más necesitada y de bajos recursos para que las grandes empresas y los más favorecidos no entren en quiebra.
Es triste ver a nuestro país con hambre y que cada día tengamos más corrupción